A tan solo media hora de Madrid, en la localidad de El Molar, nos encontramos un restaurante diferente a los demás: La Cueva del Lobo.
Su comida es de lo más tradicional y rústica elaborada a la parrilla, los Viajeros del Paralelo 20 probamos su menú degustación constituido con unos entrantes fríos (jamón, chorizo, lomo y salchichón ibéricos) y unos entrantes calientes (picadillo, chorizo, morcilla y chistorra) más un plato principal a elegir (en nuestro caso un chuletón de ternera), todo ello regado con una magnífica sangría, y para terminar un café de puchero.
Más información en su web: http://www.lacuevadelobo.com/
Su tecnología en la cocina no es precisamente la más innovadora sino todo lo contrario.
Se trata de un restaurante ubicado en una casa antigua y decorado con elementos artesanales.Tiene varias zonas para sentarse a la mesa, la primera es el salón principal de la casa, donde se sitúa la barra;
Se trata de un restaurante ubicado en una casa antigua y decorado con elementos artesanales.Tiene varias zonas para sentarse a la mesa, la primera es el salón principal de la casa, donde se sitúa la barra;
la segunda, consiste en un salón rodeado de tinajas;
la tercera es un salón de piedra antigua
y la cuarta, y más exitosa, pues hay que reservar con bastante antelación, son sus cuevas (de ahí su nombre).
Su comida es de lo más tradicional y rústica elaborada a la parrilla, los Viajeros del Paralelo 20 probamos su menú degustación constituido con unos entrantes fríos (jamón, chorizo, lomo y salchichón ibéricos) y unos entrantes calientes (picadillo, chorizo, morcilla y chistorra) más un plato principal a elegir (en nuestro caso un chuletón de ternera), todo ello regado con una magnífica sangría, y para terminar un café de puchero.
Más información en su web: http://www.lacuevadelobo.com/