En Lisboa, se encuentra lo mejor de la cocina mediterránea, y una gran variedad de platos típicos, como sus más de 1.000 formas de preparar bacalao. La proximidad al mar permite que la gastronomía lisboeta cuente con deliciosos platos de pescado y marisco, además de otros ricos productos como pan, aceite, queso o embutidos, que se pueden degustar en su amplia oferta de restaurantes.
Entre los históricos soportales que rodean la Plaza del Comercio, se esconde uno de los cafés con más personalidad de la ciudad, el Martinho da Arcada, abierto desde 1782. En sus paredes cuelgan fotos del escritor Fernando Pessoa, para quien este café fue su segundo hogar. En el Martinho da Arcada podremos degustar los platos más tradicionales de la ciudad, como el arroz con pato a la portuguesa o los champiñones con nata.
Entre los históricos soportales que rodean la Plaza del Comercio, se esconde uno de los cafés con más personalidad de la ciudad, el Martinho da Arcada, abierto desde 1782. En sus paredes cuelgan fotos del escritor Fernando Pessoa, para quien este café fue su segundo hogar. En el Martinho da Arcada podremos degustar los platos más tradicionales de la ciudad, como el arroz con pato a la portuguesa o los champiñones con nata.
Situado en el Castillo de San Jorge, en la Casa do Leão se pueden contemplar una espléndida vista de Lisboa y el Tajo, mientras se degustan unos típicos platos lusos. Es el lugar ideal para alejarse del bullicio de la ciudad y disfrutar de un perfecto almuerzo de negocios o de una cena a la luz de las velas.
Lo primero que destaca del restaurante Eleven es su espectacular edificio de líneas modernas y sencillas, encaramado a uno de los puntos más altos de la ciudad, que ofrece unas magníficas vistas del famoso parque lisboeta de Eduardo VII. En los fogones, el internacional chef Joaquín Koerper, de origen alemán, se ocupa de trabajar las materias primas locales con todo el mimo y originalidad que se merecen, desarrollando unas exquisitas creaciones que le han llevado a conseguir su primera estrella Michelin.
Uno de los más innovadores restaurantes de la capital lusa, es el Bica do Sapato. Construido en el restaurado muelle a orillas del río, frente a la Estación de Santa Apolonia, cuenta con un comedor de techos altos e inmensos ventanales con vistas al Tajo. Sus grandes creaciones unen la tradición portuguesa con el toque mediterráneo: desde las vieiras frescas a la parrilla con ensalada de rúcula y parmesano, o el bacalao asado con pan de maíz, hasta el carpaccio de pato con chalotes y cebollino.
La cocina de vanguardia, la experiencia y la creatividad se han unido en la Tasca da Esquina, a escasos metros del precioso Jardim da Estrela. Tres grandes chefs se encuentran tras sus fogones Vítor Sobral, Hugo Nascimento y Luís Espada, que han sabido reinventar la cocina portuguesa con las técnicas más novedosas. En su menú destaca una amplia variedad de “petiscos” y unos deliciosos postres. Todo acompañado con los mejores vinos portugueses.
En Can the Can en Terreiro do Paço, las latas de comida son las auténticas estrellas. Un espacio en el cual las conservas portuguesas y los productos frescos se combinan en la carta de este moderno restaurante, que propone un nuevo concepto de gastronomía mediterránea desarrollado por las manos del chef Akis Konstantinidis.
Papa Açorda sigue siendo el restaurante más famoso de Bairro Alto de Lisboa. Abierto en la década de 1980, es un espacio de candelabros con clase, presentando una cocina portuguesa moderna aunque con el tradicional açorda, un guiso de pan, que atrae a todos los rostros conocidos de la ciudad. También es famoso su delicioso mousse de chocolate, aunque si quieres probarlo debes reservar con antelación.