A unos 80 kilómetros de la capital del país, Praga, se encuentra Pilsen, ciudad famosa en el mundo entero por su cerveza y que este año comparte Capitalidad Europea de la Cultura con la belga Mons.
En 1.842 el maestro cervecero bávaro Josef Groll fue contratado por la Bürgerliches Brauhaus (cervecería de los ciudadanos) para dirigir la nueva fábrica de cerveza de la ciudad. La asociación tenía la esperanza de que Groll consiguiera elevar la calidad respecto al resto de cervezas checas (plagadas de impurezas en suspensión y sabores extraños). La decisión fue todo un éxito.
Durante los tres años que Groll estuvo al frente de la fábrica, la cerveza de Pilsen adquirió fama y renombre. El alemán decidió emplear aguas de baja mineralización y maltas pálidas, más baratas, y que le dan ese color dorado característico. Josef Groll acababa de inventar la cerveza de tipo Pilsen.
¡Pero no solo de cerveza vive Pilsen! Estos son los lugares, además de la fábrica de cerveza, que no debes dejar de visitar:
- La Gran Sinagoga
Además de una ciudad "cervecera", Pilsen siempre ha sido un lugar multicultural. Por eso no debe extrañarnos que albergue la segunda sinagoga más grande de Europa y la tercera del mundo. Fue construida en 1.888 en estilo morisco románico y decorada con motivos vegetales. La idea inicial era que sus dos torres midieran el doble, pero a los gobernantes de entonces no les hacía mucha gracia que compitiera con la cercana catedral...
- Catedral de San Bartolomé
Y es que la Catedral gótica de Pilsen tiene la torre de iglesia más alta de toda la República Checa. 301 escalones llevan hasta sus 103 metros de altura, desde los que podemos disfrutar, mientras recobramos el aliento, de las mejores vistas de toda la ciudad. Por otro lado, en la Catedral podemos admirar la estatua de la Virgen María Madre de la Misericordia que data del siglo XIV y que es uno de los monumentos góticos más importantes del país.
- Pilsen subterráneo
Unos metros por debajo del centro histórico de Pilsen se extiende una de las redes de pasadizos subterráneos más extensas de toda Europa. 17 km de túneles que servían para conservar alimentos y albergar talleres artesanales y fábricas de vino y malta, además de la red de alcantarillados y desagües (si, quizá hoy no pasarían una inspección de sanidad...)
Así que ya sabes, entre cerveza y cerveza... ¡Un poco de turismo cultural!
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