¿Qué es el esquí de travesía o montaña?

Después de muchos programas hablando de actividades opcionales dentro del ski en las estaciones. Primero hablamos sobre heli-ski, continuando con el cat-ski, sled-ski y snowkite, y hoy cerramos este capítulo con una modalidad que sólo depende de ti y por supuesto de tus compañeros: el esquí de montaña, esquí de travesía, backcountry, randonne... 

Ya no sólo buscan este deporte los esquiadores más freeriders en esencia. No sólo se busca la bajada con líneas vírgenes en las que te encuentras sólo con tus acompañantes y con multitud de opciones, sino también la subida, la conexión con lo salvaje, la montaña. Todo esto sin ruido ni aglomeraciones más típicas en las estaciones de ski.

Para hacer esquí de travesía además de necesitar buena preparación sobre conocimientos de la montaña, el estado de la nieve, climatología, seguridad, tenemos que estar en buena forma física y estar mentalizados que no haremos el mismo desnivel que en una estación, pues todo lo que queramos bajar, primero lo tendremos que subir.

Es el esquí en su más pura esencia, esquiar en libertad. No tenemos que esperar a que las estaciones abran sus remontes a principios de temporada o tirarnos de los pelos porque cierran la estación ya dando la temporada por finalizada cuando más nieve tienen, o gastarnos un dineral en helicópteros o ratracks o motos. Somos nosotros, nuestros conocimientos y nuestros compañeros formando parte del medio. 

Como dijo Arnold Lunn “El Esquí de montaña es el fruto del matrimonio de dos grandes deportes: el alpinismo y el esquí”.

Pero ante todo, siempre tenemos que dar unas recomendaciones:

-          - Lo primero es una buena formación. Tomar algún curso de Esquí de Travesía, buscando conocer el manejo del material de ski de travesía para progresar en la seguridad por diferentes terrenos. Aprender conocimientos sobre nivología, aludes, el uso del ARVA, pala y sonda y lo que hacer en caso de accidente o avalancha.

-   - Antes de comenzar debemos valorar las condiciones climatológicas, si son estables o cambiantes, el peligro de avalanchas, la tipología del terreno (grietas en los glaciares, por ejemplo), saber orientarnos por si nos encontramos con un banco de niebla, etc.

-          Debemos ir siempre acompañados por si sucediera cualquier incidente.

-    - Importante también es el material. La gran mayoría de cosas se pueden alquilar, pero recomendamos a todos los que vayan a adentrarse en este mundo la compra y uso de su propio ARVA para tener la seguridad al 100% de su funcionamiento, mantenimiento, pilas cargadas al 100%, etc.

-         - Repasar que llevamos todo el material necesario así como suficiente ropa de abrigo, agua, comida y crema solar. Hay que recordar en todo momento que no vamos a tener servicios de cafetería cercanos como en una estación.

-          Como primeras experiencias y sobretodo en lugares o países que desconocemos, es muy interesante y recomendable contratar el servicio de un guía o hacer esta actividad con algún local que conozca bien el terreno.

-          Y lo último, pero no menos importante, si una vez lleguemos  a cumbre vemos que las condiciones no son óptimas y no es seguro bajar por donde teníamos pensado, volvamos tal y como hemos subido, ya que no merece la pena arriesgarnos a tener un accidente.

Y ya con todo esto, sólo nos queda regresar a casa después de un día increíble con la experiencia vivida, que eso ya nadie te lo quita.  Somos libres, pero como en todo en esta vida, tenemos que ser a su vez responsables.

Como dato histórico añadir que en 1921 en Suecia se desenterró el esquí más antiguo del mundo que se ha fechado en el 2500 A.C. Pero se puede fijar en 1880 el nacimiento del esquí de montaña actual. Fue un alpinista inglés (Cecil Slingsby) en un collado en Noruega.

En España fue el madrileño Manuel G. de Amezúa quien influenciado en uno de sus viajes a Davos (Suiza), una mañana de Marzo de 1907 en la sierra de Guadarrama trazo las primeras líneas del esquí español.