El
viernes es el día de Todos los Santos en nuestro país, una celebración con
origen celta. Los celtas celebraban en esta época celebraban el fin del verano
y el comienzo de un año nuevo. Un día mágico en el que se honraba a los
ancestros y se creía que los espíritus caminaban libres por el mundo.
Con
motivo de esta festividad nos hemos animado a hacer un recorrido turístico de
lo más peculiar: visitar los cementerios más curiosos del mundo. ¿Te animas a
hacer turismo entre espíritus?
- El camposanto de Père Lachaise (Al Este de París):
Es
uno de los cementerios más importantes del mundo, no sólo por el valor
artístico y escultórico de sus panteones,
monumentos y mausoleos, sino por acoger a grandes celebridades de los siglos
XIX y XX, entre los que destacan: Chopin, Oscar Wilde, Édith Piaf, Marcel
Proust, María Callas, Molilère o Lafontaine.
A pesar de que actualmente recibe millones
de visitas al año y es uno de los puntos clave en múltiples recorridos por la
capital francesa, cuando fue inaugurado, en 1804, los parisinos consideraban
una deshonra la inhumación de sus seres queridos en las afueras de la ciudad.
Entre sus más de que aloja más de 300.000
difuntos, uno de los más conocidos en este camposanto, es la de la estrella de
rock Jim Morrison, cuya tumba permanece vallada y vigilada permanentemente
debido a la excesiva concurrencia que la visita.
- Cementerio Judío de Praga:
El
Antiguo Cementerio Judío de Praga es un lugar sobrecogedor, con una gran
historia. Se encuentra situado en Josefov y durante más de 300 años fue el único
lugar donde estaba permitido enterrar a los judíos en la ciudad de Praga.
Este
cementerio se creó en 1439, así data la lápida de su primer habitante:
Avigdor Karo. Con el paso de los años, fue albergando cada vez a mayor número
de lápidas, sin crecer en extensión. Debido a la falta de espacio los
cuerpos se enterraban unos encima de otros, llegando a más de 10 apilados en
una misma tumba. Hoy en día se pueden ver más de 12.000 lápidas y se
estima que puede haber enterradas unas 100.000 personas.
- Cementerio de Recoleta (Buenos Aires):
Recoleta
era uno de los barrios más llenos de vida de Buenos Aires, lleno de bares, restaurantes,
parques florecientes y feria de artesanos. Durante el gobierno del Brigadier General Don Martín Rodríguez,
como consecuencia de la expulsión de los frailes de la Orden de los Recoletos Descalzos
por la reforma general del orden eclesiástico, el huerto del convento se
transformó en el primer cementerio público que se inauguró el 17 noviembre de
1822.
Entre
sus miembros más conocidos y visitados se encuentran: Evita, Domingo Faustino
Sarmiento, Juan Manuel de Rosas, Remedios Escalada de San Martín, Mariquita
Sánchez y Rufina de Cambaceres.
Existe una leyenda urbana relacionada con este cementerio denominada "La
Dama de Blanco", sobre la hija del dramaturgo Enrique García Velloso, Luz María García Velloso, que murió de
leucemia en 1925 con 15 años. La leyenda
cuenta que una noche un joven se encuentra con una bella chica, la lleva
a bailar, pero ella siente frío y él le presta su saco. Al día siguiente,
cuando el joven quiere recuperar su saco en casa de la chica, la madre le
comunica que está muerta, enterrada en la Recoleta. El joven acude
presuroso al cementerio y encuentra su saco sobre la tumba.
La verdadera historia de Luz María es igualmente
trágica: la tumba de la joven se encuentra a la derecha de
la avenida principal de la Recoleta. Su
madre, deprimida después de la muerte de la hija, obtuvo permiso especial para
permanecer junto a ésta por las noches, durmiendo durante meses a los pies de
la imagen de la sepultura, en un pequeño espacio detrás de las rejas. En ese lugar se encuentra actualmente una
estatua yacente de una criatura muy hermosa, muerta junto a su lecho.
- Un cementerio marinero: Luarca (España):
Nuestro país también posee uno de los camposantos más
antiguos y quizá de los más bonitos de la costa del Cantábrico. Se encuentra
situado en Luarca, capital del concejo de Valdés, en el Principado de Asturias, en
la Atalaya, un saliente que se alza sobre el mar Cantábrico.
Los acantilados de esta zona aportan al cementerio un aire
marinero, en el que destaca el faro,
ubicado en uno de sus extremos. Todo ello muy acorde con la historia y la
tradición de Luarca una de las villas marineras más importantes de toda la
costa norte de la península.
Entre los personajes ilustres que se encuentran en él se
encuentra uno de nuestros más importantes científicos, Severo Ochoa, premio
Novel de Medicina y Fisiología en 1959.