(Ampliación a las pinceladas dadas sobre el destino en nuestro programa de Radio Marca, PARALELO20)
Hipotéticamente hablando, imaginemos a Chile como un gigante erguido centinela de América del Sur cuidando las costas del Pacifico.
Un gigante de 4.200 km de longitud de Norte a Sur, pero que se conserva en forma ya que es flaco en su extensión de Este a Oeste con tan solo 450 km en su cintura mas ancha.
A su vez, este centinela tiene los pies muy fríos ya que reposan casi en el Ártico, con huellas de su paso por el mismo continente Antártico y entre sus dedos han corrido los glaciares mas espectaculares del mundo descendiendo por las cordilleras volcánicas mas altas del planeta. En su cabeza, por el contrario, se encuentra posiblemente el desierto más seco y caluroso de la Tierra. En 1971 fue la primera vez que llovió después de 4 siglos sin que una gota diera de beber a su árido suelo.
Gigante generoso, pues regala al Pacifico un trocito de si mismo llamado Isla de Pascua dejándonos un juego para la eternidad, descubrir sus misterios y sus secretos. (Trataremos Isla de Pascua en un programa posterior y en exclusiva).
Estar en Sudamérica, la Antártida y Oceanía, ésta última por Isla de Pascua, le dan el titulo de país Tricontinental.
Hay que ir más de una vez a Chile, como cualquier destino que se precie de ofrecer diferentes posibilidades para conocerlo.
Su capital Santiago esta situada en el centro, lo que le permite ser la puerta de entrada, lógicamente por su importancia pero también el punto estratégico perfecto para elegir si queremos visitar Chile hacia arriba o hacia abajo. En si son dos viajes muy diferentes, así que planifiquemos bien nuestros gustos antes de ir.
Dice el que sabe que ojala todos los problemas que tengamos en un viaje es haber elegido bien la ropa que metemos en la maleta ya que la elección de cualquier destino siempre será gratificante para el buen viajero y el que sabe viajar.
Saber viajar no es ser mas o menos culto, no es haberse leído siete guías y otros tantos libros sobre el destino, saber viajar es ser flexible ante las novedades que acuden a tus ojos, empaparte de los olores, colores y sentimientos que te rodean, ser respetuoso con el entorno y las costumbres de sus moradores y por supuesto, el que es buen viajero, vuelve y lo cuenta. Porque contarlo es volver a vivirlo.
Así que irnos al Norte o irnos al Sur solo debe ser una elección no un drama.
Santiago es una ciudad curiosa, yo he podido comprobar que efectivamente casi siempre esta nublada. Su situación en las laderas de los Andes le da a cambio otras ventajas: estar en un enclave maravilloso y rodeado de una impresionante naturaleza y disponer de fabulosas estaciones de esquí a pocos minutos y de la playa a tan solo 100 km en la famosa ciudad de Viña del Mar en Valparaíso.
Al llegar te bombardean ofreciéndote tranfers desde el aeropuerto a la ciudad y hay de todo, legales y los que quieren hacer el día a tu costa. Taxistas que no levantan la bandera para cobrarte más y otros que son profesionales y te lo ponen fácil.
La ciudad esta atravesada por un río el Mapocho y os recomiendo subir al cerro de Bellavista para tener una panorámica fabulosa de toda la capital y las impresionantes cumbres que la rodean.
Como ciudad tiene encanto, estrechas calles con ambiente de bares, pubs y restaurantes de todo tipo y bolsillo. A los chilenos les encanta la música y en Santiago hay salas de jazz, salsa, boleras, pop, latinoamericanas en general...
Como en lugares bonitos significa buscar en los barrios de la ciudad. En Bellavista por ejemplo hay ambientes rústicos con una amplia paleta de especialidades, visita el Patio de Bellavista. O en Providencia en la calle Bosque Norte, Borde Rio en Vitacura.
Sitios para ver en Santiago: los viñedos del Valle Maipo, el parque Forestal, el Mercado Central, y los museos precolombinos.
VIAJAMOS AL NORTE
La zona norte de Chile destaca por su aridez, es la zona de los desiertos.
Se llama Norte Grande a la parte de Antofagasta y Norte Chico a la de Atacama.
Las playas de esta parte son cálidas de arenas finas y una temperatura del agua muy agradable. Los cielos despejados hacen la delicia a los astrónomos.
En el desierto de Atacama cuando llueve se produce un fenómeno llamado Desierto Florido, brotan florecillas ávidas de agua como agradecimiento por las precipitaciones escasas del lugar. Al contrario de lo que se piensa; esta zona produce las mayores exportaciones de Chile. Aquí están las principales minas de nitrato, hierro, y sobre todo de cobre. La pesca también es una importantísima industria.
El desierto de Atacama es el más árido del planeta, pero acoge a deportistas de todo el mundo para esquiar sobre las dunas de arena o sobre todo para hacer pruebas de todoterrenos con motos y coches, siendo una de las etapas reinas del famoso PARIS-DAKAR de los últimos años.
A vista de pájaro sobre el desierto de Atacama puede verse un enorme dibujo, un geoglifo prehistórico, un gran gigante dibujado con similitud a las figuras de Nazca en Perú, pero esta se sabe como se originó. Se hizo en el año 900 por los indígenas y es un Dios que repartía sabiduría. Tiene 115 metros de largo y ocupa un área de 3.000 metros cuadrados. Es el geoglifo más grande del mundo.
VIAJANDO HACIA EL SUR
El sur es la naturaleza en bruto, los grandes paisajes, lo primero que vamos buscando.
El recorrido hacia Puerto Mont se puede hacer en dos etapas por carretera lo que te permite para por pueblos con profundo arraigo alemán, pues los alemanes son una de las colonias mas numerosas de inmigrantes en Chile.
Una de las visitas obligadas en esta ruta es la del volcán Osorno y a sus pies la hermosísima Laguna Esmeralda. Se sitúa a 60 km de Puerto Varas y a 70 de Puerto Mont. Su aspecto cónico le eleva majestuoso a casi 3.000 metros de altura. Bajo sus pies el Lago de Todos los Santos y sus lagunas esmeraldas y un río de fuerte curso con rápidos y saltos de agua del mismo color, el Rió Petrohue. El color de estas aguas, mezcla entre pipermind y leche, es debido a su suelo volcánico y su origen glaciar. La región de los lagos conecta con Argentina y también es una fabulosa opción la de cruzarlos en pequeños cruceros.
Desde Puerto Mont, salen varios cruceros de 3 ó 4 días hacia la región de los glaciares.
Yo me monté en el Skorpios uno de los mas conocidos. Visitamos Chiloe , la isla más grande de Sudamérica, último bastión donde ondeó la última bandera española en tierras americanas. Curiosas sus viviendas estilo palafitos sobre el agua y el número de iglesias que se construyeron a lo largo de su historia. El crucero ofrece paisajes maravillosos. La cordillera de los volcanes andinos nos acompaña en todo el viaje.
EL ESPECTÁCULO DE SAN RAFAEL
Una noche el barco fondea en la oscuridad. Sales a cubierta, no ves nada, pero escuchas como explosiones en una cantera y el posterior rugir del agua. Tras unos segundos el barco se mece por una gran ola que lo acuna en silencio. Los estruendos son contínuos mientras duermes. A la mañana siguiente, el espectáculo es prodigioso. Te puedes acercar hasta la pared del glaciar a prudente distancia pues bloques y paredes enormes de hielo se desprenden y caen a la laguna formando olas de varios metros de altura. La pared frontal del glaciar puede alcanzar los 70 metros de altura. Imaginaros que se desprende un bloque de esa magnitud, como un iceberg lanzado desde un avión.
Lo típico es, prepararse un whisky con hielo milenario y brindar por la fascinante madre naturaleza.
Hacia el sur, están Puerto Natales y Puerto Varas, casi es el fin del mundo.
Cruzaremos el Parque Nacional de Las Torres del Paine compartido con Argentina.
Más allá tan solo el Estrecho de Magallanes y el temible Cabo de Hornos, dicen que la morada permanente del Holandés Errante, un marino que cruzándolo desafió a Dios en plena tormenta.
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