Este ha sido el tema del último concurso organizado por Paralelo20 y es que, aunque afortunadamente no es algo común, lo cierto es que de vez en cuando sucede y "la cigüeña deposita un bebé" en una aeronave.
Aunque depende un poco del país y de la aerolínea, casi ninguna compañía pide a las embarazadas de menos de 28 semanas ningún tipo de autorización médica para volar. Pero la cosa cambia a partir de la semana 36 (un embarazo suele durar 40 semanas), a estas alturas de gestación la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) recomienda no coger un vuelo.
Peeeero... Siempre hay causas de fuerza mayor que pueden hacer que una mujer en tan avanzado estado de gestación tenga que viajar en avión. Normalmente no ocurre nada, pero estas cosas son difíciles de controlar y en contadas ocasiones la mujer se pone de parto.
¿Qué es lo primero que debemos saber ante esta situación? Pues que la tripulación está preparada, en la medida de lo posible, para atender un parto. Aunque siempre, como en las películas, se pregunta si hay un médico en la sala (en este caso cabina). Se habilita una zona cómoda y tranquila con almohadas, agua caliente, etc.
Un cuantos empujones y esfuerzos después... ¡Ya está, el bebé ha nacido en pleno vuelo!
Y aquí viene la "polémica" ¿Qué nacionalidad tiene el recién nacido? ¿La de sus padres? ¿La del territorio sobre el que volaba el avión? Nosotros nos quedamos con lo que dice Naciones Unidas, que considera que el bebé tiene la nacionalidad de la aerolínea en la que volaba. Es decir, si viajaba en un avión de Lufthansa desde Barcelona a Londres, el niño sería alemán ¿Curioso, verdad?
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